domingo, 25 de diciembre de 2011

AN AMERICAN WEREWOLF IN LONDON (1981): LA DELGADA LÍNEA ROJA

Artículo originalmente publicado en la revista digital Terrorifilo.com.

Por estos días, An American Werewolf in London (1981) está cumpliendo 30 años, y por eso decidí escribir unas líneas en forma de humilde homenaje.

Allá por diciembre de 1981, varias salas de Europa y Latinoamérica recibían a una original película de terror que ya había sorprendido gratamente a los cinéfilos estadounidenses. Poco a poco, el filme se transformó en un clásico del género así como una cinta de culto para los que nos criamos durante la década de los peinados altos y las hombreras.

John Landis, director del filme, había escrito el guión a los 17 años. Sin embargo, la falta de financiamiento lo obligó a retrasar el proyecto.

La idea de Landis desde el comienzo fue nada menos que la de una nueva versión del clásico de la Universal The Wolf Man (1941), con Lon Chaney en el papel del licántropo. Pero no se trataba de una actualización de esa gema de horror, sino una vuelta de tuerca al género mismo. De ahí que la queja de los productores era que el guión era un tanto confuso, y no quedaba claro de si se querían transmitir risas o sustos.

En 1981, Landis había adquirido un cierto renombre como director de comedias gracias al éxito de Animal House (1978) o Blues Brothers (1980), hoy clásicos de culto del género. Luego de armar un equipo de producción a cargo de George Folsey Jr., productor de sus primeros proyectos, logró poner en marcha su sueño y American Werewolf comenzó a tomar forma.

La película narra la historia de dos mochileros, David y Jack, quienes recorren Europa en busca de chicas y alcohol. Luego de quedar varados en medio de la campiña inglesa, la luna llena despunta y son atacados por un salvaje lobo. Los lugareños logran detener a la bestia, pero Jack muere masacrado. David sobrevive, pero ha quedado marcado: su destino es convertirse en el hombre lobo durante la próxima noche de luna llena.

Lo que viene luego es un festival de escenas memorables, desde la transformación de David –por la que el maestro del maquillaje Rick Baker ganaría un Oscar– a sus pesadillas en las que sueña que corre desnudo en un bosque para saciar su hambre con un adorable ciervo. La película tiene un ritmo muy efectivo acompañado por una espectacular banda sonora repleta de clásicos del rock de los ’70.

An American Werewolf in London no solo es icónica por esas escenas y particularidades sino también porque se trata del comienzo de una era en la que el cine versaba sobre el cine mismo y en la que los directores y guionistas creaban historias mientras se divertían recordando las viejas películas que los marcaron durante su infancia.

Sam Raimi dijo alguna vez que sólo una delgada línea separa a la comedia del horror. Durante los ’80, Raimi, Landis y ese otro genio llamado Joe Dante supieron fusionar esos dos géneros a priori tan disímiles para demostrar ese axioma. An American Werewolf in London es prueba irrefutable de ello.

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